Hoy he decidido explicar las reflexiónes que el partido de la selección española del miercoles me provocaron.
A las 20:55 encendí la tele para ver el partido España-Croacia que retransmitía TVE-1 ayer. Durante la ceremonia inicial, en la que sonaban los himnos me fijé en unos detallitos: de los once croatas sólo uno se sabía la letra o tenía la valentía del cantarla, aunque si todos desafinan como lo hacía él, no me extraña que no se atrevan a cantarlo. Tras el himno de Croacia sonó el himno español, y los jugadores, como es ya tradición se cogieron todos por el hombro. Raulito miraba al cielo, los demas serios o mentalizandose para el partido, y el público... el público en una demostración de que efectivamente somos un pais de opereta se dedicaba a cantar una letra parecida a la que Gomaespumá utilizaba en la radio cuando querían tocar el Himno Nacional.
Tras unos minutos de tontamente darle vueltas al espectáculo al que acababa de asistir, y ver el maravilloso gol en propia puerta que adelantó a Croacia en el marcador, decidí que me iba a poner a deambular por Internet a la búsqueda de una solución al problema que el archivo w22n51.sys estaba causando en mi ordenador cada media hora, una temible BSOD.
Mientras hacía esto pensaba en que España no ganaba el mundial ni de broma, pero me puse a imaginarme qué pasaría si lo ganara. ¿A quien no le haría gracia ninguna? ¿Cómo influiría un acontecimiento de ese tipo en la vida española? ¿Los niños tendrían como uno de sus equipos a la selección? ¿Aparecería la sensación de ser un pais de verdad?
Muchas de estas preguntas tienen un claro trasfondo político, pero, ¿acaso no dijo un famoso locutor deportivo de la Cadena Ser que el que controlaba el futbol controlaba La Moncloa?
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