¿Por qué la gente afecta a la izquierda, y muy en especial al
PSOE cuando "sus" políticos la cagan, como es el caso, cuando se muestran
como una auténtica panda de inútiles, como también es el caso, o cuando están
dispuestos a todo con tal de poder volver pronto al poder sin importarles lo más mínimo el futuro de la nación, como también
es el caso, llegan a la conclusión de que "Todos los políticos son
iguales" y en su subconsciente resuena un: "no vaya a ser, que yo,
rojeras, progre, o izquierdoso de mi, anime a alguien a votar a la derecha o a alguna otra
opción estúpida que favorezca a la derecha"?
¿Por qué durante, o
tras un gobierno de derechas, se transforman, y piensan que sólo los
políticos de izquierdas disponen del derecho, que sus altos e
incontestables ideales les confieren a través de una fiebre de virtud
que se manifiesta en altisonantes pero huecos mensajes, a detentar el
poder y que todo lo que no se ajuste a su ideario político no merece ni
siquiera ser tenido en cuenta, convirtiendo a los no afectos en
ciudadanos de segunda?
¿Por qué a los gobernantes de derechas se les organizan manifestaciones incluso antes de su toma de posesión, como hicieron con Alberto Núñez Feijoo y ni siquiera se movilizan cuando "su" partido anuncia despidos con 20 días de indemnización símplemente teniendo una previsión de pérdidas?
¿Por qué ante la figura de la alternancia política, cosa que por otro lado, es aceptado como una buena cosa en cualquier democrácia, dicen frases tales como "como saque el PP mayoría absoluta, la que nos espera" o "que miedo me dan" o la mítica: "que viene la derechona!!!"?
¿Por qué en todos los escándalos de corrupción en la que aparecen políticos de la derecha estos son considerados culpables automáticamente, mientras los que implican a políticos de la izquierda, como son publicados en El Mundo o en el ABC no son dignos de ser tenidos en cuenta? Hoy mismo, en una conversación, no se daba crédito a la famosa reunión en la gasolinera de la A-6 entre José Blanco y un presunto delincuente, cosa que el propio Blanco ha admitido.
La respuesta es muy sencilla:
- La supuesta pero falsa superioridad moral de la izquierda, cosa de la que la derecha es también tremendamente culpable, pues sienten cierto complejo de inferioridad.
- No hay peor ciego que el que no quiere ver
Voto 2: No hay más que ver intereconomía para saber que no hay más ciego que el que no quiere ver (ejemplificado con... si grito lo suficientemente alto dará igual lo que diga).
ResponderEliminarAl menos esta vez la izquierda sabe castigar a sus (malos) políticos... Si no, se corre el riesgo de seguir el ejemplo valenciano o andaluz (votar mayoría absoluta a corruptos e ineptos).