jueves, 20 de enero de 2011

Mi visión de la Ley Anti-Tabaco

Nota: Este es otro artículo de esos que empecé a escribir y no he terminado de acabar. El lector puede encontrar que un párrafo puede no tener mucha continuidad con el siguiente, e incluso alguno puede estar sin terminar.

Ahí lo dejo por si alguien tiene ganas de aprovecharlo y darle algo de coherencia.

Como ex-fumador (como me gusta decirlo), he reconocer que a mi, particularmente, la ley Anti-Tabaco me ha venido de perlas. Me ha facilitado mucho el dejar de fumar, ya que ha restringido la posibilidad de fumar en la práctica totalidad de lugares donde tenía el hábito de fumar, pero eso no significa que me identifique con mis antiguos compañeros de tos, flemas mañaneras y de frecuentes anginas o irritaciones faríngeas.


La Ley Anti-Tabaco o más bien, la Ley Anti-Fumadores, me parece un horror, una manera de recortar las libertades de la gente y hacerlo además con una hipocresía gigantesca. En resumen, la Ley, lo que hace es recortar los espacios en los que es posible fumar, dejándonos a un nivel similar al de Irlanda o Singapur, y aumentar el número de puntos de venta de tabaco posibles. Osea una hipocresía total.

Entiendo que una de las obligaciones del Estado es la de velar tanto por el buen estado de las arcas públicas para poder ofrecer los mejores servicios posibles al ciudadano, como por la salud de los ciudadanos, que en principio, son el principal activo de un país. En este caso, tenemos una Ley que trata de mejorar la salud de los ciudadanos, por lo tanto, el objetivo de la Ley es bueno, máxime cuando además redunda en un menor gasto a la hora de tratar enfermedades derivadas del tabaquismo, es decir en principio no deberíamos tener pega alguna contra la norma, pues cumple las dos premisas iniciales que he mencionado.

Pero es que la Ley amplia el número de establecimientos autorizados para vender tabaco. ¿Esto es una broma? Pues no, va en serio, porque lo que el Gobierno pretende es recaudar. Pero para explicarlo bien: hagamos una analogía con la marihuana. En la actualidad es ilegal ¿no? Pues imaginad que el gobierno la legaliza, prohibiendo su consumo excepto en nuestros domicilios particulares, pero crea puntos de venta para venderla con el correspondiente impuesto. Pues eso exactamente es lo que ha hecho con el tabaco. No te dejo fumar, pero te lo vendo para ganar dinero. Que lo prohíban si es tan malo y punto. Por otro lado. ¿para cuando la prohibición de las grasas saturadas, el alcohol?

Desde el primer día de vigor de la Ley, en la prensa han ido apareciendo diferentes noticias acerca de hosteleros insumisos, las pérdidas que la Ley ocasionará al sector de la hostelería, las denuncias que se hacen acerca del incumplimiento de la ley, etc.No me parece bien que la gente decida saltarse la Ley porque no les es cómoda o porque reduce sus beneficios. Las Leyes, nos gusten o no son para cumplirlas. Siempre pueden protestar dejando de vender tabaco en sus establecimientos, aunque claro, los 15 cts. que deja cada cajetilla a lo largo del mes, debe ser un buen dinerito.

En resumen: Ya con la anterior Ley Anti-Tabaquismo, hubo protestas, pero la gente se fue acostumbrando poco a poco, como supongo que sucederá ahora... A mi particularmente ahora que he dejado el tabaco me la trae al pairo.

Por último y ahora que el lector ya ha llegado hasta aquí, me gustaría hacer hincapié en que debería dejar de leer acerca de la Ley Anti-Fumadores, siendo este tema una tontería nimia al lado de los problemas de verdad de este país, como son la economía, el paro o la incapacidad del gobierno en general.

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