domingo, 7 de mayo de 2006

Baloncesto

Ayer me dió un arrebato tras la comida. Bueno, realmente me dió tras la hora que me pasé zapateado en el sofá después de comer. Haciendo zapping, me fijé en un reportaje sobre el baloncesto que daban en La 2. Mientras lo veía, recordaba mis tiempos de baloncestista en el colegio, donde por cierto, no era de los mejores, pero sí me defendía de una manera digna.

Un halo de nostaliga me embargó de repente y me levanté, me puse unos pantalosnes cortos, unas zapatillas, una camiseta y una sudadera dispuesto a ir a la canasta que hay en los jardines de casa para echar unos tiritos. De repente un problema surgió: ¡¡¡No tenía balón!!! Necesitaba conseguir uno. En un flash, recorde mi primer balón de baloncesto. Me lo habían regalado por mi cumple, si si bien no recordaba lo que costaban por entonces, me sorprendió, que sólo me costara 9 euros un balón, claro que no era de los buenos, en la tienda los había hasta de 40 euros, pero me decanté por uno de precio bajo por si acaso mi nueva toma de contacto con el baloncesto era desastrosa.

Llegado a la cancha comencé a botar el balón con un poco de miedo, ya que temía que mi codo se resintiera tras la rotura del mismo que tuve hace pocos años, y me di cuenta de que el codo no sería problam, claro que entre 8 y 10 años sin botar un balón de baloncesto pasan su factura. ¡¡¡No sabía ni botar!!! Para solucionarlo recordé los entrenamientos que hacíamos a principio de temporada: A caminar hacia adelante y atrás botando el balón sin mirarlo. Un rollo, pero me permitió mejorar mi control del bote. Pero lo peor, lo más deprimente fué el primer tiro a canasta. No llegué ni al aro. ¡¡¡Que desastre!!! Menos mal que después de un rato haciendo el ridículo por la cancha conseguí tener un porcentaje de aciertos digno, teniendo en cuenta mi larga ausencia de las canchas, claro. En fin, a ver si hoy vuelvo a ir por allí y noto algo de mejoría.

Por cierto, nota mental: ¡¡¡Tengo que ponerme en forma!!!

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