En esta ocasión, llevaba desde semana santa sin sucumbir a mi degenerada mente nocturna y sin acercarme ni lo más mínimo a un cubata, pero llegó el fin de semana, me encontré con varios amiguetes y ¡¡zas!!. Ya se sabe, la cabra tira al monte.
Ayer, tras sufrir lo indecible a lo largo de la mañana y la tarde en el trabajo, llegué a casa derrengado, pero como penitencia a mi indisciplina del fin de semana decidí imponerme un castigo: ¡¡¡A hacer deporte!!!
¡¡¡Noooooooooooooooooooooooooooooooooo!!!
Pues sí. La penitencia fué cruel, y al parecer poco útil, pues hoy estoy más hecho polvo que ayer. Menos mal que mañana es fetivo en Galicia y voy a poder descansar como un jabato.
A ver lo que duro alejado del golferío esta vez. No mucho, pues dentro de dos semanas es mi cumpleaños y de nuevo se me apareceránsobre el hombro Satanás y sus elocuentes frases, y el ángel de la guarda mudo que tengo.
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