martes, 1 de julio de 1997

Santiago de Compostela - Bilbao

Como habíamos quedado, nos reunimos todos en la estación a las 8 de la mañana para comprar los billetes e iniciar nuestro viaje. En la estación aparecieron Lucía y Pili, las cuales nos fueron a despedir y dar ánimos para el viaje con una sonrisa de oreja a oreja, no se sabe si por el perdernos de vista quince días, si por sus recién iniciadas vacaciones o algún otro motivo etílico-desconocido.

Al final tuvimos que cotizar como campeones el billete entero entre Santiago y la frontera, en nuestro caso Bilbao. Por suerte para Carlos, él tenía el carné joven, que le libró de un taleguete. Por el contrario María y Marta tuvieron que pagar el billete entero, porque como les dijeron unos días antes: "el carné joven no os va a servir para nada". El billete-man de la estación por encima nos puteó, pues nos colocó en compartimentos diferentes.


Nos encaminamos hacia los andenes de la estación de Santiago y tras comprar el Vale, el Jueves, y La Voz nos subimos al tren. Al final conseguimos partir con la ilusión de adquirir una grande y libre... (perdón, es que a veces me pierdo), ...una grande, grata y enriquecedora experiencia en la vida (a base de: ¡¡¡pulir pasta!!!).

Al poco tiempo de partir de Santiago comenzamos a leer las revistas que habíamos comprado no sin antes hacernos un par de fotos que servirían como "el antes". Gracias al Vale nos enteramos de que los tres estábamos regidos por Mercurio (siempre quisimos estar regidos por Mercurio) Incluso Carlos se llegó a preguntar si estar regido por Mercurio serviría de algo en Francia. Mientras leíamos el tramo entre Santiago y Orense se nos hizo muy corto.

En Monforte de Lemos el tren paró quince minutos para cambiar la máquina, tiempo que aprovechamos para tomarnos un café gigante ¡¡por 150 pelas!! ¡¡Más caro que el Playa!! La verdad es que ya nos iban acostumbrando a lo que luego iba a ser Francia.

Carlos: "Estamos llegando a Astorga, María tiene hambre y Marta también. Yo Carlos haré lo que pueda... y más [...] Hemos terminado de (burp -cerdo- - perdón-) comer y estamos en León (por cierto, hay calles y semáforos y tiendas) pero ¡es muy FEO! Ahora que ya hemos comido nos vamos a tomar un café y pagarlo a precio de oro."

 


Hemos sacado una conclusión sobre Castilla: ES PLANA. La conclusión la hemos sacado tras una larga discusión de 10 segundos. En Sahagún vimos la estación, de la cual dice Marta que: "Tiene su gracia, tiene su "aquel", es una estación de mierda, pero la tiene".

El resto del viaje lo hemos dedicado a jugar a las películas y al veo-veo aunque al final dejamos de jugar porque resultaba monótono que siempre ganase Carlos. (Marta y Maria no están de acuerdo con esto, pero... ¿que coño sabrán ellas?).


Tras llegar a Bilbao, Marta y María se fueron a casa de unos amigos de Marta y Carlos se fue a casa de sus tíos para lo que cogió el metro. "El metro de Bilbao está tremendo, se nota que es nuevo. Ya tendrá tiempo de llenarse de drogatas, mendigos y demás elementos y pasará a ser un metro como los demás, osea un asco".

Las niñas fueron a cenar a Zamudio, al lado de donde curraba Cosme Delclaux. Vieron la tienda de los padres de Miss España, el Teatro Arriaga y el Palacio de la Música (en construcción). Todos vimos el museo Guggenheim, que es una comedura de tarro de padre y señor mío, la Universidad de Deusto, y la catedral: San Mamés.


Carlos : "Es por la noche y me han mandado a la mierda los del albergue de Ámsterdam donde intenté reservar. ¡¡QUE CABRONES!! Tengo la extraña sensación de que o dormimos en la calle o sinó a cubierto sólo podremos ir a la cárcel (suponiendo que seamos capaces de armarla lo suficientemente grande. En resumen vamos totalmente de culo."

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